jueves, 27 de septiembre de 2007

Tres Tristes Fondas

Nunca he sido de ir a fondas. No me gusta la idea de la chilenidad forzada por el dieciocho. Pero decidí arriesgarme a no pasarlo del todo bien, con el fin de capturar imágenes atractivas de la noche santiaguina durante los feriados patrióticos. Así que decidí pasear por tres fondas durante mi semana libre, con una cámara digital. Fondas en las que me encontré con mucha alegría, sin duda, pero también con mucha soledad que quizá sea provocada por esa obligación a festejar, cuando es probable que quizá no haya mucho que festejar.

La primera parada fue la Fonda Guachaca, el día de su inauguración. Fui, principalmente, porque el show lo abriría el padre de un amigo que iba a tocar unas cuecas con su grupo folklórico. El padre de mi amigo es el hombre que aparece sentado, quieto, al lado del grupo de bailantes que hacen un trencito rítmico (ver foto 4). Y la noche estuvo buena, y los reiterados terremotos terminaron por obligarme a dejar la cámara apagada en un bolsillo pues sacar fotografías se hacía cada vez más difícil, y no por la luz, sino por… se entiende.

La siguiente noche fue en el Club Miel, en una fonda que evidentemente no era una fonda, sino una fiesta llena de volantines, de música electrónica embasada, y música en vivo (entre la que destaco el show del grupo de Daniel Muñoz). Como esa noche no hubo terremotos, saqué decenas de fotografías, sin parar. Hasta que me di cuenta de que estaba haciendo el trabajo de alguien que quiere documentar lo que sucede en el escenario, pues en los demás lugares no había luz suficiente para fotografiar nada. Ahí vino la frustración y como respuesta me las ingenié para sacarle unos retratos a un tipo que encontré fumando en las tinieblas (ver imagen 3).

Y terminé el 18 por la noche en una fonda en las alturas del Cajón del Maipú. Y pasé de largo tomando fotografías. Esa noche hubo un poco de chica, pero nada exagerado. Me obsesioné con una chica asiática que bailaba cueca de un modo superlativo, pero la falta de luz y la absoluta autoprohibición de usar flash, terminaron por impedir mi misión. Y busqué caras. Y cuando ya no quedaba nadie, y el lugar vació no me mostraba nada interesante, salí a la calle a esperar la primera micro. El problema fue que la primera micro no pasaba a las seis de la mañana, y así estuve en la calle cuando salió el sol por entre los cerros. Y comencé a caminar, y me encontré con un tipo que se detuvo en la calle a demostrarse que todavía lograba equilibrio vertical (ver foto 8).

Estas imágenes no son mi visión de septiembre. Sólo son tres aisladas noches de ese mes que tiene mucha primavera, desfile militar, vacaciones y chilenidad. Y mi decisión justamente no fue abarcarlo todo, sino sólo un fragmento, el más nocturno, que me parecía el más atractivo visualmente.



Fonda del Volantín Chupete (Club Miel)






Fonda Guachaca (Estación Mapocho)






Fonda de San Alfonso (Plaza del pueblo en el Cajón del Maipo)





19 por la mañana


1 comentario:

charquican dijo...

Daniel:
En cuanto al texto y la búsqueda de imágenes me parece muy jugado de tu parte tratar de entrar a este tiempo dieciochero en diversos ambientes. En cuanto a las fotos me parece que están bastante bien logradas en algunos casos. Como Club Miel y Estación Mapocho es interesante la luz y el encuadre. En el caso del cajón del Maipo te jugó mal la luz y foco, era buena la idea del desorden y el gesto de histeria de la chica pero no se logró.

Lily Peromarta